La incursión de BMW en el uso del hidrógeno se remonta a 1980, cuando convirtió un BMW Serie 7 en el primer vehículo en Europa impulsado por hidrógeno líquido criogénico. A lo largo de las décadas, la empresa ha continuado investigando, incluso asociándose con Solar-Wasserstoff-Bayern GmbH en la década de 1980 para explorar la producción de hidrógeno con energía solar.
El compromiso de BMW con el hidrógeno alcanzó un hito en 2000 con el lanzamiento del primer vehículo de hidrógeno producido en serie. Este logro marcó un avance significativo hacia la viabilidad de los vehículos de hidrógeno a gran escala. Además, el prototipo BMW H2R demostró las capacidades de los vehículos de hidrógeno al establecer nueve récords mundiales.
En la actualidad, BMW continúa su liderazgo en la movilidad sostenible con el BMW iX5 Hydrogen, un vehículo que integra el hidrógeno en su línea de producción. Este modelo ofrece una autonomía excepcional y tiempos de recarga rápidos, manteniendo el compromiso de BMW con la excelencia en la conducción y la sostenibilidad.
Sin embargo, a pesar de los avances, la producción de hidrógeno enfrenta desafíos en términos de costos de energía y la necesidad de infraestructura para su almacenamiento y distribución. A pesar de ello, con el desarrollo tecnológico y un enfoque creciente en las energías renovables, el hidrógeno se posiciona como una solución prometedora para un futuro sostenible en la movilidad.