La minería en Chile se ha posicionado a la vanguardia en la adopción de agua de mar para sus procesos industriales. Según Palacios, el sector ha establecido objetivos ambiciosos para reducir el uso de aguas continentales y depender casi exclusivamente del agua de mar. Se prevé que para 2030, el 90% del agua utilizada en la minería provenga del mar, frente al 8% que se utiliza actualmente.
Este cambio no solo aumenta la eficiencia de la minería, sino que también aporta beneficios significativos a los ecosistemas. Al disminuir el uso de aguas continentales, se permite que estos recursos se destinen a sostener la biodiversidad y las necesidades de las comunidades locales, promoviendo así un uso más sostenible del agua.
A pesar de estos avances, persisten desafíos importantes en la implementación de la desalación. Es fundamental seguir invirtiendo en tecnologías avanzadas y en la capacitación del personal para optimizar los procesos de desalación y minimizar el impacto ambiental. No obstante, esta transición ofrece una gran oportunidad para el desarrollo sostenible del país, mejorando la eficiencia del sector minero y conservando los recursos naturales.
Acades, bajo la dirección de Rafael Palacios, ha sido clave en el impulso de la desalación en la minería. La asociación promueve un enfoque integral del manejo del agua, resaltando su vital importancia tanto para el consumo humano como para la producción industrial. La colaboración entre la industria, las autoridades y las comunidades es esencial para avanzar en esta crucial transición hídrica en Chile.