Uno de los factores clave detrás de esta baja fue la presión del gobierno estadounidense sobre Irak para reanudar las exportaciones de crudo kurdo hacia Turquía. A esto se sumaron los datos de la Administración de Información de Energía (EIA), que reportaron un incremento de 4,6 millones de barriles en los inventarios de crudo, afectando negativamente las expectativas del mercado.
Pese a la tendencia bajista del crudo, las existencias de gasolina y destilados registraron descensos de 0,2 millones y 2,1 millones de barriles, respectivamente, lo que podría generar cierta estabilidad en los productos refinados. Sin embargo, la situación geopolítica sigue añadiendo presión al mercado. La reapertura del oleoducto que conecta los yacimientos kurdos con Turquía se mantiene incierta debido a obstáculos técnicos y financieros, lo que podría retrasar su implementación.
El panorama del mercado petrolero sigue siendo incierto, ya que cualquier interrupción en los flujos de suministro o una escalada en las tensiones geopolíticas podría alterar nuevamente los precios. Los inversionistas y analistas deberán seguir de cerca estos factores para anticipar posibles fluctuaciones en la cotización del crudo.