La semana pasada, la Corte Suprema rechazó un recurso de protección presentado por un grupo de sindicatos en contra del dictamen de la Dirección del Trabajo que regula los denominados «grupos negociadores» en procesos de negociación colectiva.
La Federación de Sindicatos de Trabajadores Unidos, la Federación Nacional de Sindicatos de Conductores de Buses, Camiones y Actividades Afines, el Sindicato Nacional de Unimarc y el Sindicato Interempresas de Trabajadores de Wal Mart Chile (Falta el Sindicato de Pelambres), fueron quienes presentaron el mencionado recurso, que fue rechazado.
El argumento de rechazo fue que «en ausencia de una declaración previa del supuesto de su acción -la naturaleza jurídica del acuerdo celebrado entre grupos negociadores y empleador- los recurrentes carecen de un derecho indubitado que permita proteger su exclusividad, cuestión que no permite consecuentemente hacer lugar a la acción incoada, por ausencia de uno de sus presupuestos procesales».
Ante esto, surgieron declaraciones políticas señalando, por ejemplo la del subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, quien señaló que “Lo que corresponde es establecer legalmente su procedimiento de negociación, que es parte de lo que haremos en el proyecto de modernización laboral”.
Frente a estas declaraciones, el Director de Comunicaciones de Fesumin y Secretario del Sindicato de Supervisores de Collahuasi, Victor Riesco, señaló que “Aquí se nos forma un dilema. La Corte Suprema, al rechazar el recurso de protección, está amparando lo que hace la DT, y sabemos que el objetivo de la Dirección del Trabajo de este gobierno es debilitar la unión sindical”.
Para Riesco, el dilema es el siguiente: “El código del trabajo afirma que el derecho lo tiene cada trabajar en sí mismo de negociar colectivamente. Por lo que si se cierra sólo a los sindicatos y se invalida a los grupos negociadores, se está privando de ese derecho a los trabajadores. Sin embargo, si se legisla en favor de los grupos negociadores, se debilita el poder del sindicato y de la actividad sindical. Y todos sabemos que el empresariado levanta líderes en los trabajadores para que se hagan cargo de los grupos negociadores, negociando a favor de la empresa”.
“Al empresariado y a las transnacionales “les duele” que la legislación y los tribunales garanticen la huelga como herramienta de negociación, y lo que quiere lograr la DT es minimizar el efecto de ésta. Aquí hay que indicar que la “negociación” de los grupos negociadores no asegura el fuero por negociación, no asegura el derecho a huelga y no garantiza que lo negociado pueda ser mejor a lo que en la actualidad tienen los trabajadores, perdiendo el piso.”
“Pero hace tiempo que los sindicatos estamos en otra postura, buscando el bienestar de nuestros asociados; la labor sindical no solo se remite a las negociaciones colectivas sino también al día a día de los trabajadores. Los sindicatos deben ser los garantes del cumplimiento de la Ley Laboral por muy poco amigable que esta sea, y la DT debe ser el ente que controle a las empresas y que no abuse de sus empleados”.
“Sabemos que el verdadero ente regulador de los derechos del trabajador son y siempre han sido los sindicatos, y quienes dirigen a los sindicatos son sus bases y no los dirigentes. Por ello, hacemos un llamado al Gobierno y al Ministerio del Trabajo, ya que no nos incluyeron en la mesa que reformará la “modernización laboral”, y esperamos que puedan buscar un punto de equilibrio, que no debilite a las organizaciones sindicales, pero que tampoco se quite el derecho propiamente tal a los trabajadores”, finaliza.