Así lo señaló un informe de la OIT, el cual señala que el 81% de la fuerza de trabajo mundial se ha visto afectada de alguna manera por los estragos causados por la pandemia de COVID-19.
Según el Observatorio de la OIT, en el segundo trimestre de 2020 habrá una reducción del empleo de alrededor del 6,7 %, es decir, 195 millones de trabajadores a tiempo completo. Esta crisis afecta especialmente a los países en desarrollo, donde hay una elevada proporción de personas activas en el empleo informal, con un acceso limitado a los servicios de salud y a la protección social.
Para este sector, que suma aproximadamente a 2.000 millones de personas, la OIT ha solicitado medidas apropiadas a nivel político, que apunten a evitar una caída masiva en la pobreza. También advierten sobre la necesidad de contener a las empresas económicamente viables, a fin de garantizar una pronta recuperación del empleo una vez que se supere la pandemia.
Las cifras señalan que 1.250 millones de trabajadores están empleados en sectores que hoy afrontan una grave caída de la producción y un alto riesgo de desplazamiento de la fuerza de trabajo.
Sobre la Economía en guerra, la agencia calificadora de riesgos Fitch pronosticó que el PIB mundial se contraerá en un 3,9 % en 2020, «una recesión de una profundidad sin precedentes en el período de posguerra”.
Para Sudamérica, las estimaciones son más preocupantes: de acuerdo al informe Perspectivas Económicas Mundiales del Fondo Monetario Internacional (FMI), este año la economía de México se contraerá 6,6 %; la de Argentina 5,7 %; Venezuela 15 %; Brasil 5,3 % y Chile 4,5 %. A su vez, una encuesta de Ipsos refleja que el 40 % de los peruanos se ha quedado sin empleo o dejó de percibir un salario por la pandemia. Los efectos de esa caída repercuten, y lo harán todavía más, en el plano del trabajo.
Por su parte, en Chile, sólo en el mes de marzo hubo 300 mil despidos y más de 700 mil trabajadores se tendrán que acoger a la ley de protección del empleo.