El contexto de la pandemia mundial, aceleró el proceso de aprobación de la Ley de Teletrabajo que entró en vigencia en Chile el pasado 1 de abril. La recomendación de no salir de casa y la cuarentena obligatoria en algunas comunas, encausó rápidamente un cambio de modalidad en la realización de tareas que hoy, muchos ejecutan desde sus casas.
La ley consiste en que el trabajador prestará sus servicios, total o parcialmente, desde su domicilio u otro lugar distinto a los establecimientos e instalaciones de la empresa. Así, se denomina teletrabajo si los servicios son prestados mediante la utilización de medios tecnológicos, informáticos o de telecomunicaciones, o si tales servicios deben reportarse mediante estos medios.
Se pacta este acuerdo en el contrato de trabajo o en un documento anexo al mismo. En ningún caso podrá implicar menoscabo a los derechos del trabajador, en especial en su remuneración.
Sin embargo, hay una serie de preocupaciones que están presentes, sobretodo para los dirigentes sindicales. Desde el Sindicato de Supervisores de Collahuasi, su secretario Víctor Riesco, señala que “son varios los temas que nos preocupan con esta nueva ley”.
Lo primero, es que el trabajadore tiene que tener claros sus derechos, y el primero de ellos es el querer pactar esta jornada, además de saber que es el empleador quien debe proporcionar todos los implementos para desarrollar las laborales fuera de las instalaciones de la empresa. Eso implica, en casos mínimos, teléfono, computador y conexión a internet”.
Para Riesco, “sería poco ético por parte de la empresa no disponer de estos elementos. Pero sabemos que hoy muchos trabajadores del país siguen utilizando sus medios en pos del beneficio económico de una empresa y eso son cosas que los trabajadores tenemos que empezar a afinar. Yo no puedo poner mis elementos a disposición y utilizar mis elementos personales, salvo que la empresa me pague las cuentas de los equipos que estoy utilizando, porque también existe una depreciación de los equipos y eso corre para los dos equipos”.
“Otra preocupación es el tema de la desconexión. Y ¿por qué nos preocupa? Porque sabemos que muchos empleadores o jefaturas no la respetan. Y hoy es un derecho del trabajador tener que desconectarse y no responder llamadas, mensajes, mails ni nada, fuera del horario de trabajo y sin tener que temer por las posibles represalias”, agrega Riesco.
Por otro lado, está el rol de la mujer, ya que para el secretario del sindicato, la mujer ahora cumplirá dos roles, el doméstico y el profesional, al mismo tiempo, y eso supone una doble carga de estrés y agotamiento físico y mental, que eventualmente, podría afectar su salud o desempeño en alguno de ambos espacios.
Otro de los aspectos preocupantes para Riesco, es “que se puede presentar un debilitamiento de la organización sindical dentro de la empresa, ya que los trabajadores no van a estar en las condiciones laborales normales y estando en sus casas se dejan de presentar las situaciones que se pueden levantar en sus puestos de trabajo, pero es un sacrificio que los dirigentes estamos dispuestos a asumir y tenemos que ver cómo evoluciona el proceso”, finaliza.
Cabe recordar que las empresas tienen un periodo de 3 meses para adaptarse por completo a esta nueva ley.