El gerente general de ENAP, Andrés Roccatagliata, dijo que es imposible lograr detectar un culpable por el tema de contaminación de Quintero y Puchuncaví, una declaración, a lo menos, lamentable al provenir de la máxima autoridad de una de las empresas estatales más grandes del país.
“Esto lo digo a título personal. Francamente, creo que aquí va a ser imposible detectar un culpable, porque siendo responsable, aquí lo somos todos”, dijo ante la Comisión de Medio Ambiente del Senado.
Ante esto, el secretario del Sindicato de Supervisores de Collahuasi, Víctor Riesco, aseguró que “sobre los dichos de Roccatagliata podemos dilucidar un par de temas que, lamentablemente después de haber recuperado la democracia, podemos darnos cuenta que no todas las cosas se hicieron bien y, lamentablemente, el desarrollo de las dos principales empresas acusadas que son ENAP y Codelco, apuntan a que en ningún caso el dueño de estas empresas, que es el Estado, se dio cuenta que estaban afectando a la salud de las personas”.
Respecto a la posibilidad de que esta situación se repita en otras latitudes, Riesco espetó: «En el Sur del país tenemos otra planta que es ENAP refinería Biobío y sabemos que esa planta está en condiciones muy similares a Concón, pero todavía no se ha dilucidado si en la Octava Región también existe un tema de la misma magnitud».
En esa línea, aseguró que «las palabras del gerente solamente indican que las cosas no se han hecho bien y que, lamentablemente, las empresas del Estado van a tener que pagar por negligencias del propio dueño».
«El Estado de Chile debió haber garantizado que las «zonas de sacrificio» nunca existieran en nuestro país, pero aquí también se hace un autocastigo el gerente no considerando que también existen empresas como las plantas de energía AES Gener y ya tenemos historia como la planta de bocamina en Coronel, donde los niños que vivían ahí tenían niveles que superaban la norma por contaminación por metales pesados», agregó Riesco.
Ante esto, el también secretario manifestó que «acá hay más de un culpable. No hay que fijarla en las empresas del Estado porque esa también puede ser una política del Gobierno actual para poder privatizar este tipo de empresa. Acá o Codelco y ENAP se unen bajo la bandera de mejorar las condiciones de vida o simplemente las plantas deberán salir de ahí».
«Es interesante poder ver que la posición de la Cámara y el Senado es que se llegue a buen término, pero tampoco entregan soluciones bajo el cuestionamiento de qué hacemos con estas plantas, porque sabemos que todo desarrollo humano genera una contaminación, ya sea a corto, mediano o largo plazo», cerró.