El informe considera que Latinoamérica, como otras regiones, se verá perjudicada por las incertidumbres políticas y la inflación, que en 2022 ya produjo desaceleraciones en países como México o Brasil, y que en 2023 continuará reduciendo la demanda externa de materias primas y otros productos de la región.
La OIT prevé que se pase de 315 millones de personas empleadas en 2022 a 317,9 millones en 2023 y 322,5 millones en 2024, con tasas aún muy desiguales según el género. En 2022, mientras el porcentaje de empleo en la población activa masculina en Latinoamérica fue del 70 %, en la femenina sólo se elevó al 46,5 %.
La desaceleración actual de la economía mundial obliga a más trabajadores a aceptar empleos mal remunerados, precarios y desprovistos de protección social, acentuando las desigualdades por la crisis del COVID-19, advierte la OIT.
Pero el desempleo debería recuperarse moderadamente este año, pues gran parte del golpe será absorbido por la baja rápida de los salarios reales en un contexto de aceleración de la inflación, en vez de eliminaciones de empleos, explica la OIT.