Ante las críticas, el Gobierno presentó una indicación ante la comisión de Hacienda de la Cámara Baja, cambiando el monto para el ingreso mínimo garantizado, cuya finalidad es que los beneficiarios puedan recibir $301.000 líquido, lo que representa un alza de 11.000 pesos, respecto al proyecto inicial.
La explicación a la modificación la hizo el ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, quien expresó a los legisladores que el proyecto crea un subsidio focalizado en personas de menores ingresos y que va directo al trabajador, sin discriminar al empleador, es decir, sin hacer diferencias entre grandes y pequeñas empresas.
El secretario de Estado detalló que la idea inicial era con tope en 350.000, pero que el proyecto fue ingresado con un margen que alcanza los 370.000.
Así, remarcó que los trabajadores que reciben un ingreso mínimo recibirán un subsidio de 49.000 pesos que les permitirá llegar a los 350 mil pesos y que, de ahí en adelante, el aporte fiscal irá disminuyendo en la medida que el salario suba hasta alcanzar el tope ya señalado.
Sichel aseguró que dos de cada tres beneficiados labora en una pyme y dijo que la proyección es a que el proyecto favorezca a cerca de 500 mil trabajadores, 220 mil de ellos con un subsidio máximo de 49 mil pesos y otros 280 mil con un margen diferenciado según su sueldo actual.
La propuesta contempla medidas para evitar abusos y fraudes, tanto de la parte empleadora como de los propios trabajadores, por medio de la fiscalización que llevará a cabo la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), con aplicación de sanciones penales y monetarias.