Hace 18 meses, Corfo cerró un contrato con la estadounidense para que extraiga el mineral del Salar de Atacama, estableciendo que el 25% de esa producción sería vendido e industrializado en Chile. Pero las firmas que se adjudicaron esta tarea -Samsung-Posco, Molymet y Fualin- aún no tienen claridad de los acuerdos. Y hay más de US$ 700 millones de inversión detenidos.
Fue anunciado con bombos y platillos. Chile por fin iba a industrializar el litio, producido en el Salar de Atacama por SQM y Albemarle, a través de empresas extranjeras y nacionales que se instalarían en el país para fabricar productos con valor agregado. Hubo un llamado internacional de parte de Corfo e InvestChile, ganaron grandes consorcios tecnológicos chilenos, chinos y coreanos, quienes firmaron compromisos de inversión por más US$ 700 millones y 650 empleos calificados. Y hasta ahora, nada. No hay ni siquiera fijado un precio para vender el litio a estas empresas, ni qué producto va a ser el que van a comercializar.
Fue en los contratos nuevos que firmó la Corfo del gobierno pasado con Albermarle, en enero de 2017, y con SQM en el mismo mes de este año, donde se estableció que el 25% de la producción de litio de estas compañías se ofrecerá a un precio preferente a firmas dispuestas a agregar valor en el país.
“Chile se inserta de esta manera en la cadena de la electromovilidad a nivel mundial, lo cual es una muy buena noticia para las regiones del norte del país, donde empezamos a generar industrias manufactureras en regiones que hasta ahora dependían fundamentalmente de recursos mineros”, explicó Eduardo Bitran, el 9 de marzo de este año, a dos días de dejar su puesto como vicepresidente ejecutivo de Corfo.
Fue justamente ese día cuando se anunció que la empresa china Fulin, el consorcio coreano Samsung SDI-Posco, y la chilena Molymet habían sido seleccionadas para industrializar el litio a partir del contrato con Albemarle. En el caso de Fulin, se comprometió a producir en régimen cerca de 20.000 toneladas al año de material catódico. En su oferta ofreció invertir un monto total de US$ 100 millones, y consideraba el emplazamiento de una planta y su equipamiento. La inversión del primer año sería de US$ 45 millones y al tercer año se completaría la inversión.
Samsung SDI-Posco prometió elaborar en régimen cerca de 19.000 toneladas al año de material catódico con diversas líneas de producción. Este consorcio ofreció invertir US$ 285 millones, que también consideraba planta y equipamiento. La inversión inicial sería de US$ 52 millones, y al cuarto año se completaría la inversión.
Por último, Molymet, que propuso fabricar 19.000 toneladas al año de material catódico, ofreció invertir US$ 360 millones en planta y equipamiento. La inversión inicial sería de US$ 35 millones y al quinto año se haría un escalamiento de la producción hasta completar la inversión total. A diferencia de las dos anteriores, Molymet ya cuenta con operaciones e infraestructura en el Complejo Portuario de Mejillones a través de Molynor.
De estas tres empresas y sus millonarias propuestas, no hay ni un atisbo de avance.
Investigación en curso del SII
En el segundo punto, el precio preferente a vender, es donde está el centro de la discordia y está involucrado el Servicio de Impuestos Internos (SII). Ante este organismo, Albemarle presentó en 2017 un Acuerdo Anticipado de Precios (APA) que se establecía en el contrato con la estatal y que permitía fijar los precios al que venderá sus productos y el consecuente pago de impuestos al fisco.
Sin embargo, en este mismo proceso, Eduardo Bitran hizo otra jugada antes de dejar su cargo en la Corfo. Acudió ante el SII a denunciar que la filial chilena de Albemarle estaba vendiendo su litio a un precio menor al del mercado a su matriz en Estados Unidos, la que luego lo vendía al mundo a un valor mucho mayor, pagando menos impuestos en Chile. Según la denuncia del ex personero, desde Chile venderían a precios de entre 25% y 35% por debajo de los valores de mercado a su casa matriz.
Sobre este punto, desde Albemarle respondieron que “se presentó de manera voluntaria un acuerdo anticipado de precios (APA) al Servicio de Impuestos Internos y estamos a la espera de la respuesta de este organismo, que lo puede aprobar o rechazar”.
En el caso de que el SII determine que efectivamente estaba vendiendo a precios menores y pagando con ello menos impuestos, Albemarle estaría expuesta a multas. Mientras no se determine cuál es el precio de transferencia de sus productos, la venta a las empresas ganadoras de la licitación de valor agregado no puede avanzar, porque no hay un precio sobre el cual trabajar.
No fue posible contactar a Eduardo Bitran.
Corfo planea determinar producto y precio ex ante con SQM
Claro que no solo con Albemarle la Corfo negoció el 25% de la producción para venderlo en Chile a un precio preferente para darle valor agregado. En el polémico contrato con SQM también lo hizo. Sin embargo, el proceso de licitación internacional para este proceso aún no comienza. Y si hay algo que tienen claro en la Corfo, ahora comandada por Sebastián Sichel, es que en las bases de este proceso establecerán claramente, y sin ambigüedades, el precio preferente que ofertarán y qué producto específico será el que SQM tenga que vender a los ganadores del proceso.
De hecho, para este viernes estaba agendado que se reuniera el Consejo de la Corfo, donde Sichel presentaría el borrador de la licitación con estos puntos establecidos, pero la reunión se reagendó para el viernes 6 de julio.