A través de un comunicado, la coalición conformada por Evópoli, la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN), plantearon que “El 62% que rechazó el texto de la Convención permite dar por sentado ciertos mínimos comunes, que deberían ser planteados como principios del proceso constitucional. Así, asuntos como: la unidad del Estado de Chile; la existencia de tres poderes del Estado autónomos e independientes; la existencia de un Congreso bicameral compuesto por una Cámara de Diputados y Diputadas y un Senado; la protección del derecho a la vida; la protección del medio ambiente”, expresaron.
El documento señala como ejes centrales “la protección de la propiedad; haciéndola extensiva a los fondos previsionales y al aprovechamiento de las aguas; la consagración expresa de Carabineros de Chile y las fuerzas de orden, en general, en un título autónomo; la protección del derecho a elegir en materia educacional, de salud y previsional; y la protección de un Banco Central autónomo, son temas fundamentales para dar seguridad a los chilenos”.
Sobre este tema, el Director de Comunicaciones de Fesumin y Secretario del Sindicato de Supervisores de Collahuasi, Víctor Riesco, señaló que “El pasado 4 de septiembre, la ciudadanía chilena se manifestó de una forma rotunda y categórica en rechazar la propuesta planteada por la Convención Constitucional. Instancia que se creó producto del levantamiento popular del año 2019 y que llevó a una situación de condicionamiento hacia el poder político respecto de lo que se ha realizado hasta el momento y que aún continúa así”.
“La gente estaba buscando cambios ya sea mediante la figura de una nueva constitución o de mejoras que se plantearon. Eso tiene que recordarlo Chile Vamos y también la derecha de este país. La gente se pronunció y el pronunciamiento fue claro, el 80% de las personas que participaron en esa votación que fue de carácter voluntario pidieron un cambio de constitución, no una reforma”, agrega.
“Este proceso terminó el 4 de septiembre, pero no le da el poder a la derecha de este país para llegar y establecer las condiciones, ya que ellos no son en ningún momento el baluarte de una participación popular ni tampoco de las mejoras que durante estos 30 años y con la actual constitución se han negado rotundamente”, explica Riesco.
Además, complementa que “El querer colocar otros temas, como puede ser la inmigración ilegal, el tema del narcotrafico, el tema de la violencia como puntos principales antes de llegar a un acuerdo politico es importante dajarlo en claro, hay cosas que no tienen que ver con estos 3 puntos y que perefectamente pudieron haberse hecho cuando la derecha fue gobierno, pero no se hicieron. Por tanto, lo que vemos es que lamentablemente la derecha ha raptado un tema que no solamente es de su incumbencia sino que de tema nacional”.
Riesco afirma que “Lo que se debe buscar, de esta forma es un nuevo proceso, pero que reúna realmente las condiciones sin colocar condiciones y si es necesario se tienen que modificar las bases de lo que ya existe para poder avanzar. La constitución de 1980 fue una constitución instaurada a sangre y a fuego y eso lo sabe la derecha porque ellos fueron los partícipes de ese proceso”.
“Entendemos el miedo y temor que existe en la ciudadanía principalmente por toda una campaña de desinformación que se hizo llegar, pero también entendemos que mucho de esto fue planificado en este sentido para poder mantener la estructura actual y que esto no genere efectos sobre lo que ha logrado para unos pocos y se ha ido en desmedro de muchos. Los trabajadores vemos que lamentablemente ninguna de las situaciones que se plantee sin modificar de forma estructurar la forma en que se lleva el mundo del trabajo no cambiará absolutamente nada, por lo tanto y cualquier cambio, cualquier condición debe darse bajo la figura de un desarrollo de una nueva forma de ver Chile”, finaliza.
Por ahora, continúan las conversaciones entre partidos por nueva Constitución y tras su cuarta convocatoria, que incluyó la participación del Gobierno, parlamentarios acordaron reuniones bilaterales entre el oficialismo y la oposición para ir acercando posiciones sobre los mecanismos con que se redactará la nueva constitución.