El sábado 16 de marzo, el medio digital elDesconcierto.cl publicó un extenso reportaje en donde relata la historia de una demanda que efectúo SQM hacia uno de sus sindicatos y un dirigente en particular, al acusarlo de “abusar” de su libertad sindical. En más de un año de juicio el sindicato no presentó ninguna prueba, tampoco llegó a las audiencias ni contestó a los escritos. Aún así, SQM perdió.
En diciembre de 2020, los abogados contratados por la gigante SQM presentaron un escrito de 52 páginas ante el 1er Juzgado de Letras de Santiago. El documento estaba dirigido en contra de un sindicato y, en específico, en contra de un solo trabajador.
El objetivo de la compañía ligada a Julio Ponce Lerou era simple: querían que el tribunal declarara que el trabajador en cuestión había formado un sindicato no motivado por los derechos laborales, sino que únicamente para “abusar” de derechos como las horas sindicales y la imposibilidad de desvincularlo debido al fuero.
El tribunal declaró admisible el escrito y dio curso a la demanda de SQM Salar en contra del “Sindicato Interempresa Pilas Socalzado Montajes y Afines”.
Durante el proceso, el sindicato no contestó la demanda; no presentó ningún escrito ni hizo alguna actuación durante más de un año de juicio; no se hizo presente en la audiencia preparatoria; ni presentó ningún tipo de prueba. Aun así, SQM perdió.
Esta rama de la compañía de Julio Ponce realiza sus operaciones en el Salar de Atacama, a 2.300 metros de altura en la Región de Antofagasta. Bajo el salar están depositadas las salmueras, que una vez que la extraen, el sol y el viento evaporan y concentran las sales. Ese proceso les permite obtener litio, sulfato y cloruro de potasio, según detalla el mismo SQM en su sitio web. Es en los laboratorios vinculados a esa labor donde trabaja desde hace 24 años el analista químico Tranquilino Alucema (56), el principal denunciado por SQM en este caso.
En específico la demanda individualiza al Sindicato Interempresa Pilas Socalzado Montajes y Afines, representado por su presidente Vladimir Samaniego, el tesorero Juan Mariano Huamaccto y el mencionado Alucema como secretario.
Tranquilino Alucema es un viejo conocido dentro de SQM Salar. Se incorporó a la empresa en 1998 y un año después comenzó a participar de la actividad sindical. Llegó a ser elegido parte de la directiva del Sindicato de trabajadores SQM Salar en más de una ocasión, la última en 2014. Desde ahí, le tocó negociar con los ejecutivos de la compañía y tuvo roces dentro del mismo sindicato.
Para las elecciones de 2018, Alucema no logró los votos suficientes y perdió su calidad de dirigente en agosto de ese año. Este es uno de los hechos que destaca la empresa: fue solo 10 días después de que Alucema dejó su puesto en el directorio del sindicato de SQM, que se constituyó en Santiago el sindicato interempresa, el 1 de septiembre de 2018.
La compañía destacó en la demanda que Alucema es el único afiliado al sindicato demandado en SQM. Otro punto fue la composición del sindicato: “todas (las empresas del sindicato), a excepción de SQM Salar S.A, corresponden al giro de la construcción”, argumentaron.
La empresa aludió a la falta de actividades sindicales por parte de Alucema. El analista nunca utilizó horas sindicales por el sindicato interempresa en SQM, tampoco pagó cuotas ni generó algún tipo de reunión con la minera para exponer inquietudes de los trabajadores, como representante del nuevo sindicato. No solo eso, también apareció “afecto tanto a la negociación colectiva como al bono de término de conflicto correspondiente al año 2020, esto es, posterior a la constitución del sindicato demandado”.
Solo existe un momento que vincula a SQM con el sindicato interempresas de Alucema, ocurrido en 2019. Ese año Alucema reclamó una práctica antisindical luego de que la empresa lo cambiara de turno y campamento de destino. Tras una mediación SQM se decidió a aplicar “medidas reparatorias” y mantener el lugar de trabajo. La empresa argumentó que este caso es un ejemplo de la limitación que Alucema generó para sus necesidades de reestructuración.
Sumada la falta de actividad sindical, el escaso tiempo que transcurrió entre que Alucema pierde la directiva sindical anterior y se crea el nuevo sindicato; la incorporación de empresas de rubros distintos; la falta de pago de cuotas; y la acusación de prácticas antisindicales para evitar un traslado; la minera pensó que tenía un buen caso para llevar a tribunales.
Con los antecedentes, lo que hizo SQM ante el tribunal fue una “petición de declaración de mera certeza de abuso del derecho del sindicato”. Esto significa en términos simples que le piden a un juez que se pronuncie sobre la existencia -o no-, modalidad o alcance sobre un derecho, situación jurídica, etc. En este caso, que se constate que Alucema creó el sindicato solo para aprovecharse de los derechos sindicales.
En octubre de 2021 se realizó la primera audiencia de juicio. Allí, las partes debían descargar su batería de argumentos. SQM presentó una gran cantidad de pruebas y las instancias se extendieron por horas, por lo que debían postergarse una a una transcurrido cierto tiempo. Así, entre el 27 de octubre y el 21 de diciembre de ese año el tribunal tuvo que citar a las partes en cuatro oportunidades para poder terminar esa etapa procesal y quedar dispuesto a emitir un fallo.
En todo el proceso Tranquilino Alucema, o cualquier otro representante del sindicato, no asistió al tribunal, no ingresaron ningún escrito ni hicieron llegar a la causa algún tipo de prueba para defenderse. Las actas de las sucesivas audiencias dan cuenta de las inasistencias.
Luego de las presentaciones de SQM, incluso el magistrado admitió la posibilidad de “elementos indiciarios que dan cuenta que el órgano cuestionado fue formado con una finalidad que no se condice con el ánimo colectivo a que se ha hecho referencia”. Sin embargo, en diciembre pasado el juez le dio un portazo a SQM y hasta ahora los derechos sindicales de Alucema están vigentes.
En Santiago, meses después de la sentencia, Vladimir Samaniego, presidente del sindicato demandado, está sorprendido: “si usted no me habla, yo no me entero de nada”.
“Se rechaza”
“Se rechaza, en todas sus partes, el libelo pretensor interpuesto en autos por SQM Salar S.A en contra de Sindicato Interempresa, ambos ya individualizados”, se lee como conclusión después de las 48 páginas de reflexión del juez Cristian Fuentealba. Solo es posible imaginar la cara de los abogados de SQM cuando se les notificó el resultado de la demanda.
Para el juez Fuentealba el centro de la discusión estaba radicado más en lo jurídico que en los hechos que pudo probar SQM. El tribunal consideró que “la aplicación de una teoría como lo es la del abuso del derecho, u otras basadas en disposiciones de corte civilista, mediante las cuales se pretende, como en el caso concreto, hacer inoponible o -en lo relativo a la demanda subsidiaria- anular un sindicato y/o sus efectos, ha de ser llevada a cabo con la debida cautela”.
En otras palabras, el magistrado sostuvo que el “abuso de derecho” es una elaboración más propia del Derecho Civil y no del Laboral, que rigen materias de distinta naturaleza. Así las cosas, la aplicación de esa figura en el ámbito del trabajo y sobre todo en relación a la libertad sindical -que está consagrada en tratados internacionales y en la Constitución- “han de ser objeto de un cuidadoso
examen por parte del sentenciador”.
En ese sentido, “(…) este sentenciador estima que únicamente cabe declarar que un sindicato ha sido constituido con abuso del derecho respecto de supuestos que revistan una entidad o gravedad relevante, motivo por el cual la parte empleadora deberá acreditar sufrir un perjuicio real y no meramente aparente o presunto como acontece en la especie”, sostiene el fallo. Es decir, SQM tenía que probar que hubo un daño real para la empresa a raíz de la formación del sindicato, lo que no pudo hacer.
El juez argumentó también sobre la base de las mismas pruebas que presentó SQM. La falta de actividad y de uso de horas sindicales terminó jugando a favor de Alucema: “uno de los argumentos que fundan la acción analizada dice relación precisamente con la ausencia de uso de tales horas, todo lo cual revela la ausencia de perjuicio en relación a este punto”.
La mediación de 2019 también se convirtió en un autogol para SQM. El juez consideró que el acuerdo “revela que la empresa demandante, con su conducta, no sólo no cuestionó, pudiendo hacerlo, la calidad de dirigente sindical del Sr. Alucema Arancibia, sino que derechamente lo aceptó, reconociéndole, en un plano material, su carácter de tal”.
A todo lo anterior se sumó que el juez criticó las “afirmaciones del todo genéricas respecto a supuestas necesidades de reestructuración que habría experimentado la compañía demandante, sin apoyar las mismas en ningún dato objetivo que permitiese concluir (…) que entre el momento en que la actora tomó conocimiento de la calidad de director sindical del Sr. Alucema en la organización demandada, (…) se haya vislumbrado (…) la aplicación de la causal de despido”.
Consultados sobre este juicio, al cierre de edición SQM no había emitido respuesta.
“Es como jugar al solitario y perder”
“Estoy impactado”, dice Tranquilino Alucema al otro lado de la línea, desde Antofagasta. El analista químico de SQM no tenía idea sobre la demanda. “¿La sentencia qué dice?”, pregunta. Se ríe. “Es como jugar al solitario y perder”, compara.
Casi 5 meses se demoraron en notificar al sindicato. En 17 oportunidades los receptores intentaron ubicar a los directivos sin resultados. Tras oficiar a la Dirección del Trabajo y a Correos de Chile, el tribunal permitió la notificación por aviso y SQM publicó la demanda en el diario oficial. Recién a principios de mayo se les dio por notificados.
La versión de Tranquilino Alucema no es tan distinta a los hechos que acusó SQM. Se constituyó el nuevo sindicato pocos días después de dejar su cargo en la directiva; sí es el único afiliado de su empresa, aunque asegura que existe actividad sindical. “Yo en ningún momento he dejado mis labores. Lo que he hecho fue en mi tiempo libre, yo no ocupo tiempo de la empresa”, precisa.
Asegura que le llamó la atención este nuevo sindicato que se estaba formando, principalmente con trabajadores migrantes. “Los viejos son todos de afuera y quieren trabajar, pero la misma sociedad no deja que se inserten, porque hay mucho prejuicio”, dice. “Empecé a hacer capacitaciones, explicar los tipos de negociación que habían (…) Fue una necesidad mutua”, afirma Alucema.
En Santiago, Vladimir Samaniego, de origen peruano y presidente del sindicato en cuestión, también se sorprende sobre la demanda: “si usted no me habla, yo no me entero de nada”.
Samaniego explica que la idea de sindicalizarse nace luego de varias lesiones graves, mutilaciones e incluso muertes a raíz de las malas condiciones laborales durante las faenas de construcción, trabajando para distintas empresas. “Eso simplemente queda en nada”, critica.
“El motivo por el cual Tranquilino se une al sindicato es precisamente porque estamos tratando que el trabajo que nosotros efectuamos, -y es lo que los diversos contratistas quieren lograr- sea considerado como un trabajo de minería. Nosotros hacemos excavaciones en espacios confinados de 1 metro cuadrado, con hasta 26 o 30 metros de profundidad. No hay buena iluminación, ni buena ventilación (…) trabajamos en condiciones totalmente paupérrimas”.
Sobre las acusaciones acerca de que el sindicato se formó con el fin de favorecer a Alucema y que no habría existido actividad sindical dice que “eso jamás ha sido así”. El prevencionista de riesgos asegura haber tenido contactos tanto con la Dirección del Trabajo, como con otros sindicatos y organizaciones gremiales, como la Cámara Chilena de la Construcción. “Nosotros nunca peleamos por dinero, lo único que estamos buscando son condiciones dignas y que se reconozca la labor”, afirma.
SQM presentó un recurso de nulidad ante la Corte de Apelaciones de Santiago y ahora deberá ser el tribunal de alzada el que decida si anula la derrota de la empresa. Vladimir Samaniego aseguró que el sindicato buscará asesoría legal para enfrentar el resto del proceso.
Por su parte, Tranquilino Alucema insiste en que las acusaciones de la empresa son una mentira:
-Llevaba muchos años como dirigente sindical. Pasó menos de un mes desde que perdió las elecciones y se constituyó el sindicato interempresa, además es el único trabajador de SQM afiliado al mismo. ¿Cómo explica eso?
-“Si lo miras así, probablemente pudiera tener cierto asidero, pero no tiene nada que ver. Resulta que por un lado, que no haya más socios es por el miedo y por la presión que hace el sindicato y la empresa al interior. Fíjate que tres de los postulantes que iban a mi lista los echaron, entonces yo estaba «vivo» que a mí también me iban a echar”.
– Entonces, ¿formó el sindicato porque lo iban a despedir?
-“No fue por eso. Creo que genera demasiada suspicacia que tú en pocos días juntas a un montón de gente, llegas y las convences, eso es imposible, no es así. Cualquier persona que haya participado de la formación de un sindicato sabe que es un proceso. Sabe que hay una necesidad colectiva, de organizarse, después sabe que está la búsqueda de los dirigentes, luego juntarse y dar el pase. Es lo básico. Eran un sindicato de migrantes, no conocen las leyes de acá y ellos recurren a mí por esa necesidad. Por eso, siendo sincero -y a lo mejor estas palabras me pueden perjudicar, pero no voy a mentir- fue circunstancial, sí. Pero otra cosa es hablar de mala fe y decir ‘le hicieron el sindicato al Tranquilino para salvarlo’. Eso es mentira”.
Sobre si va a participar de la nueva etapa del juicio, pensando en lo ocurrido en la primera instancia, Alucema devuelve la pregunta: “Usted, ¿qué me recomienda?”.