El equipo podrá monitorear variables ambientales en la industria de la minería, cuantificar la bioaccesibilidad de metales pesados y metaloides en los suelos y estimar el impacto que éstos tienen en la salud de las personas.
La investigadora chilena de la Universidad Tecnológica Metropolitana, María Carolina Parodi, Magíster en Medio Ambiente, con mención en Tratamiento de Residuos Industriales, desarrolló un prototipo automatizado y portátil de monitoreo que cuantifica los metales y metaloides y modela las variables en línea y tiempo real de interés ambiental en terreno.
Una de las principales razones que llevaron a Parodi a desarrollar el prototipo fue que la actividad ha transformado la realidad física de muchos lugares, especialmente por la generación de residuos potencialmente tóxicos y peligrosos como lo son los metales pesados o los metaloides presentes en relaves. Éstos se dispersan y se mueven, dañando el medioambiente y afectando la salud de las personas, incluso de aquellas que viven en poblaciones aledañas.
El equipo modular simulador gastrointestinal (GI), liviano y portátil, podrá cuantificar en forma remota y tiempo real, la cantidad de metales presentes en una muestra de suelo contaminada, en especial, suelo de relave minero, que podrían estar bioaccesibles y ser riesgosos para la salud.
Al respecto, desde el Sindicato de Supervisores de Collahuasi, su Secretario, Víctor Riesco, afirma que “Es una tremenda novedad y es un desarrollo bastante importante. Primero porque realiza en mucho menor tiempo la exposición de los suelos -y posiblemente también de las aguas que están cerca de aquellas explotaciones mineras- respecto a la cantidad de contaminantes y de metales o metaloides presentes y que pueden llegar afectar a los seres humanos”.
“Es importante también destacar que este tipo de desarrollo podría generar un impacto en la actividad minera no tan positivo, dado que muchas de ellas podrían verse afectadas en sus normales procesos de trabajo y podría dar un vuelco respecto a los efectos que la actividad provoca en el ambiente y cerca de áreas pobladas”, agrega.
Riesco explica que “Esto también podría tener otra mirada respecto de los estériles porque se habla mucho de los relaves que son los desechos activos del proceso de la minería, pero los estériles son aquellos desechos pasivos que es necesario retirar para poder dejar el mineral a la vista y explotarlo. Estos estériles también son desechos del proceso y quedan ahí durante mucho tiempo mientras la minera o la mina tenga desarrollo y esté en funcionamiento. Estos estériles también podrían tener muchos metales pesados o elementos tóxicos que quedan acumulados y podrían cifrar o podrían alterar aquellos lugares donde son depositados”.
A pesar de lo anterior, el Secretario destacó que “Es una excelente noticia para el cuidado de las personas y obviamente para todo el ambiente, el cual se puede ver afectado por la actividad minera”.
“Felicitaciones a los equipos que trabajaron y por supuesto a la profesional María Carolina Parodi, quien desarrolló esta idea y esperemos que sea bien utilizada para el control de la actividad minera”, finalizó.
Esta innovación pionera en Chile y en Latinoamérica, fue ingresada para solicitar la patente de invención que otorga el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) en diciembre del año 2020.