La semana pasada, los supervisores de Collahuasi tuvieron una reunión con la gerencia de la Compañía en donde se les informó la forma en que la empresa trabaja con el transporte de personal, desde y hacia faenas a los distintos puntos donde habitan los trabajadores de la empresa.
“Se nos hizo una presentación completa sobre los distintos aspectos que se tienen considerados para el servicio que se esta prestando. Los cuales se pueden dividir en tres partes: el tema de los vehículos, en donde se habla de una mantención semestral y por kilometraje de los vehículos, y que la mantención la tiene internalizada la empresa que presta los servicios que en nuestro caso es Transmin. Dado esto, la empresa tiene un servicio de post venta contratado para este tema”, comienza el secretario del sindicato, Víctor Riesco.
“Segundo, el aspecto de los choferes, quienes en tema de faena, tienen una disposición de acuerdo a los tramos que realizan. Si es un servicio interno, los choferes son controlados en la parte de arriba y la forma de descanso que ellos tienen es también controlada respecto a los horarios de trabajo. Las personas que realizan viajes más largos, tienen habitaciones individuales y requieren un mayor descanso dado los tramos y recorridos que realizan”, agrega.
La tercera parte que menciona Riesco tiene que ver con el control que realiza Collahuasi a la empresa de transporte, referente al cómo llevan el control de las máquinas y cómo descansan los trabajadores.
Uno de los aspectos impactantes e importantes, es que los dirigentes se enteraron en la reunión es que no existe un límite de velocidad establecido. “Al momento de salir de faena, tienen que cumplir el Decreto Supremo 80, que controla el proceso de transporte privado pago en servicio rural y eso queda en el control por parte de la autoridad sobre lo que corresponde a la ley de tránsito en el país”, agrega Riesco.
“Dicho esto, hay un control de las funciones para el trabajo que realizan estas personas y también sobre la maquinaria que esta prestada, se entiende que las empresas contratistas que es el caso de Pullman de Norte, que fue quien sufrió el accidente trabajando para la empresa Emin, también debían cumplir la normativa que impone Collahuasi al interior de la faena, pero como dije antes, saliendo de faena ellos quedan bajo la condición del Decreto Supremo 80 y de las leyes de tránsito del país”, añade.
Riesco afirma que “con este tipo de reuniones se nos clarifican algunos puntos, como que los vehículos no tienen restricciones de velocidad, por lo que netamente es responsabilidad del chofer no exceder la velocidad demarcada en los caminos, y también que los vehículos de la empresa consten con cámaras, a fin de visualizar aquellas desviaciones, cuando se estén saliendo de la calzada cuando circulan”.
“Nos quedaron varias ideas y obviamente hay muchos temas más que se están realizando como el control de IMC de las personas, de la diabetes y de la fatiga por cualquier cosa que puedan sufrir. Asimismo, nos dejaron claro que el control que se realiza es con caravanas espejos. Eso quiere decir que los buses que suben a faena no son los mismos que bajan, por lo tanto hay una importante flota disponible para el traslado de personal. Aún así, creemos que la compañía debe aumentar el control para que estos buses y sus choferes presten el mejor servicio posible para sus trabajadores”, finaliza.